No es fácil hablar de la muerte de Jesús, más si se es consciente de que, más que una muerte, fue una ejecución: Jesús no se murió, a Jesús le mataron.
Con todo, sigo reyendo que hay un escrito imprescindible para asomarse al abismo d esa muerte, un escrito que centra perfectamente el, quizá olvidado por nosotros, auténtico sentido de eso que decimos de que Jesús ha «muerto y resucitado por nosotros».
Me refiero, claro, a un texto de Jon Sobrino que tiene ya muchos años, pero que sigue siendo ineludible para todo el que quiera entender qué significa afirmar la Muerte y la Vida del Señor. El artículo se titula «El Resucitado es el Crucificado», y se recogio en este blog hace ya unos años: pincha aquí para ir a él.