Esta bitácora está alojada (hoy por hoy, a saber mañana) en InfoAragón por la muy pedreste pero práctica razón de que el alojamiento es gratuito.
Pero, curiosamente (iba a poner “casualmente”, pero –como dice Richard Bach- nada es azar) eso es un hecho más de los muchos que me relacionan con Aragón. Y eso que yo soy madrileño, vivo actualmente en Madrid (tran un amplio cilco castellano y montañés), y, en mi vida personal he tenido poco que ver con Aragón.
Y, aun así, parece como que Aragón me rodeara. Véase:
- Una antepasada mía tenía el título de Duquesa de Alhama (Alhama de Aragón). Y es que, en siglos pasados, mi ascendencia vasca por rama materna llega hasta Aragón desde sus tierras natales vascas. Y añado como nota, para que nadie se llame a engaño, que por allí se quedó el título; es cierto que las familias de mis abuelos maternos eran “nobles” (¿?). Pero el matrimonio de mis abuelos no fue querido por sus familias, y fueron desheredados. Con lo que yo, descendiente de ese matrimonio, ya no tengo nada de noble 🙂
- Mi madre y sus hermanas, aun nacidas en Madrid, pasaron parte de su infancia en Ateca.
- Mi madre murió un 12 de octubre, día de la Pilarica. Curiosamente, en el pasillo de entrada a la iglesia del Valle de los Caídos, a un lado está la imagen de la Virgen del Pilar, y al otro, enfrente, la de una advocación de la Virgen que era, precisamente, el nombre de mi madre.
- Una tía mía se llama Pilar.
- Mi padre, combatiente en numerosos frentes en la Guerra Civil, luchó en varios lugares de Aragón. De hecho, hace un par de años, me pidió que le llevara a ver una zona determinada de la provincia de Teruel. Y llegó a reconocer, en medio de unos campos y cerca de Alfambra, el altozano donde defendió un nido de ametralladoras frente al avance de las tropas nacionales. Se le llenaron los ojos de lágrimas, y hablaba con dolor de los muertos, “los suyos y los nuestros, qué más da, qué locura”.
- De los muchos campamentos y la mucha montaña que he hecho en mi vida, recuerdo mucho uno en el que yo andaba por los 10 años y pico. Fui con mi padre, y era el Campamento Nacional anual de la que entonces se llamaba Federación Española de Montañismo. Fue en Benasque. O, para ser exactos, en Vallibierna, hasta donde se subía el material en mulos (hoy en día te sube un todo terreno). De lo mucho que tengo en la memoria (y en el corazón) de aquel campamento, recuerdo especialmente que en una marcha con mi padre vi… mi primer edelweiss, la flor de las cumbres. Hace poco, en el verano del 2002, de vacaciones con los amigos montañeando por el pirineo aragonés, volvimos a ver más edelweiis en Ordesa, muy cerca de la Cola de Caballo. Y, volviendo atrás, con los scouts tambiéne stuve en el Pirineo aragonés creo que en 1982, en el campamento de Ansó.
- Cuatro días antes de morir mi padre el pasado 13 de marzo, me comentó que había visto en la tele un documental sobre las Bardenas, y que le había llamado la atención (como a tantos) la riqueza y variedad natural de esa comarca, que él pensaba que era sólo un desierto. Es lo que piensan tantos, también yo mismo hasta que –una relación más con Aragón- tuve en mi curso a un natural de Ejea de los Caballeros.
- Y parecerá una tontería lo que voy a decir, pero el primer chiste que recuerdo haber aprendido y contado (de muy pequeño, y añadiendo que yo soy un absoluto negado para los chistes: ni los recuerdo, ni los cuento, y raras veces me río con los que cuentan), es el –supongo que famoso- chiste de aquel maño al que se le aparece la Pilarica y le pregunta que a dónde va. El maño contesta que a Zaragoza, y la Virgen le corrige diciéndole que será si Dios quiere. Pero el maño, cachirulo en la cabeza, dice que si quiere como si no quiere él va a Zaragoza. La Virgen decide aplicarle un correctivo y le tira a un charco que allí había. El maño se levanta y nuevamente la Virgen le pregunta que a dónde va. Y el maño que a Zaragoza. Y la Virgen que si Dios quiere. Y el maño que si quiere como si no quiere. Y otra vez al charco. Así tres o cuatro veces hasta que, al fin, totalmente empapado el maño, ante la nueva pregunta de la Pilarica de a dónde va, contesta tozudo: “A Zaragoza o al charco” (buf, si soy malo contando chistes no te digo nada escribiéndolos).
- Y puestos a buscar más lazos aragoneses, habrá que anotar que estudié en Monteagudo y Marcilla, dos pueblos navarros. Pero quien sepa donde están entenderá que yo haya pasado muchos y largos y buenos ratos en la aragonesa Tarazona (Zaragoza).
Caray con Aragón.
Esto es lo que llamo un Blog sensible…
Y me ha impresionado sobre todo la anécdota de tu padre en la visita al antiguo campo de batalla. Me trajo mis propias recuerdos de infancia, donde conocí y compartí momentos inolvidables con una familia española (soy argentino), cuyo pater familia había combatido en la Guerra Civil del lado de los republicanos.
Aún recuerdo los ojos profundos de ese Celestino, cuando por la tarde y en silencio se sentaba a mirar más allá de su patio.. y ante mis preguntas respondía… «pues nada, hijo… pensaba en la guerra, pensaba en España.»
Listada 😉