Gracias

Quería darte las gracias. A ti.
No por algo concreto, sino por ti. Gracias a ti.

Me hubiese gustado decírtelo escribiendo un cuento, una historia maravillosa que dijera con ensoñadoras imágenes lo que pretendo expresar.
Pero no va a ser así, por la muy cotidiana razón de que no he tenido tiempo de escribirlo.
A ti y a mí, y a otros, nos tocaba estaba estar en el día a día,
en las cien cosas que hacemos por lo que somos,
en el mirar a otros porque sabemos que nosotros ya nos miramos,
en el atareado quehacer de los niños que descubren todo como nuevo,
en lo que, en fin, es real e imparable porque nos rodea y nos sumerge
para seguir caminando en la búsqueda diaria de sentido
y de ese camino gozoso que brilla hacia la utopía que tú y yo llamamos con el mismo nombre.

Y todo esto para decirte gracias.

• Gracias por los MOMENTOS. Momentos simiente de eternidad, aunque en el tiempo hayan sido fugaces como sonreír en un adiós o ponerme tu mano en el brazo.
  • Poesía necesaria como el pan de cada día.

• Gracias por COMPLICARTE, por dejar hueco a lo que es tan fácil de guardar junto a lo que quién sabe qué habría pasado si hubiera pasado.
  • La vida es un microbús que sólo cruza una vez esta breve y absurda comedia.

• Gracias por SER FIESTA, por tantos momentos porque sí, por el canto del alma y el baile del cuerpo, por los espacios sin motivo porque el gozo de ser juntos no necesita razones.
  • De vez en cuando la vida se suelta el pelo, y me invita a salir con ella a escena.

• Gracias por las MANOS, por convertir el camino común en tarea que desborda nuestras pieles, en amasar para otros y en agarrarnos fuerte contra otros, en manos que no nos agrramos tú y yo porque queremos que estén siempre abiertas a quien quiera.
  • Y en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos.

• Gracias por dar la seguridad de que, MAÑANA (sea cuando sea mañana), DEJAR NO SERA ABANDONAR.
  • Vivo en la vieja casa de la bombilla verde: si por allí pasaran, recuerden.

• Gracias por abrir CAMINOS DE CARIÑO, de amistad y aprecio, de encuentro y puesta en común.
  • Mi corazón espera, también hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera.

• Gracias por dejarme que PUEDA SER COMO SOY, a la vez que me pides que SEA COMO DEBIERA SER, pero partiendo de lo primero para llegar a lo segundo, y no al revés.
  • No escojas sólo una parte, tómame cómo me doy.

• Gracias por darme las partes de tu vida que a nadie gusta que se vean, LO QUE NORMALMENTE GUARDAMOS junto a los granos, los errores, las incoherencias, y las manías.
  • Si eres mi imaginación, déjame escapar que ya no puedo más.

• Gracias por SER CARNE, por hacer que lo que compartimos pueda tocarse en tu cuerpo y tu voz, en tu beso y el sudor común, en el hacer que el alma se muestre en comidas compartidas, en teléfonos intempestivos, en abrazos inesperados, en desnudeces del primer paraíso.
  • Al final de este viaje en la vida quedarán nuestros cuerpos tendidos al sol como sábanas blancas después del amor.

• Gracias por PERMITIRME EL SILENCIO, por respetar que me callo porque no sé o no quiero saber, por seguir agarrándome la muñeca cuando yo he soltado la tuya.
  • Hoy no queda casi nadie de los de antes, y los que hay han cambiado.

• Y gracias por aquello de lo que estoy convencido que hace nacer todas las otras gracias. Gracias por soñar con EL SUEÑO ÚLTIMO, el que siempre está un poquitín más allá del alcance de la punta de los dedos en el ENAMORAMIENTO de aquel al que ya no podemos renunciar.
  • En esto consiste el amor: no en que nosotros ha¬yamos amado a Dios, sino en que estando nosotros muertos por el pecado, Dios nos amó el primero.

[autor e imagen: @Mochilados]
[texto escrito originalmente el 5 de junio de 1998, y publicado hoy en una nueva edición
(que no creo que sea la definitiva: siempre se descubren motivos para que el pecho se llene de agradecimiento)]

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Lo explico con detalle en esta entrada.